IMO organizó el pasado 13 de octubre, víspera del Día Mundial de la Visión, una mesa redonda sobre la estrecha relación entre diabetes y retinopatía diabética. Es una de las principales causas de pérdida severa de visión en edad laboral en los países desarrollados.
Dada la elevada incidencia de complicaciones oculares entre la población diabética, un problema creciente a medida que aumenta la esperanza de vida, IMO quiso organizar un acto especialmente orientado a concienciar a pacientes y población en general sobre la importancia de la prevención y del control estricto de la enfermedad y de la visión.
Por ello, la mesa redonda contó con la presencia de algunos de los principales especialistas en diabetes y retina de Catalunya, como el Dr. Enric Esmatjes, de la Unidad de Diabetes del Hospital Clínic de Barcelona; la Dra. Cristina Hernández, del Grupo de Investigación en Endocrinología, Diabetes y Metabolismo del Instituto de Investigación del Hospital Universitario Vall d’Hebron; Octavio Sánchez, presidente de la Delegación de Barcelona de la Associació de Diabètics de Catalunuya y los doctores Carlos Mateo y José García-Arumí, especialistas en retina de IMO.
El Dr. Borja Corcóstegui, director médico del Instituto, moderó la mesa. Según los especialistas reunidos en IMO, las principales medidas preventivas de los pacientes diabéticos para evitar o retrasar la aparición de la retinopatía diabética son: realizar un control estricto de glucosa en sangre, de la presión arterial y el colesterol y evitar el tabaco. Además, coincidieron en recomendar un riguroso control ocular, ya que generalmente, la retinopatía diabética no provoca síntomas hasta que la lesión es severa. Como regla general, los pacientes diabéticos deberían someterse a una revisión oftalmológica anual.
Retinopatía diabética
La retinopatía diabética es una de las principales causas de pérdida severa de visión en el mundo occidental. Sólo en Cataluña, se calcula que alrededor de un 2% de la población diabética presenta grados de retinopatía avanzada con pérdida de visión total o con ceguera legal. En términos generales, más de la mitad de los pacientes diabéticos con un historial de 15 o más años de evolución de la enfermedad presenta algún grado de alteración vascular de la retina y casi todos los que llevan más de 30 años con la enfermedad, muestran signos de retinopatía diabética.
Alteración vascular
La retinopatía diabética se produce porque las paredes de los vasos retinianos se alteran y se vuelven más permeables como consecuencia de los elevados niveles de glucemia. Estos vasos dejan de ser competentes y permiten pasar fluido al espacio extracelular. A partir de ahí, la retinopatía diabética va avanzando, desde pequeñas lesiones, al comienzo, a dilataciones capilares, o a aneurismas con presencia de líquido en la retina (edema de la mácula), que provoca encharcamientos en los tejidos y es una de las complicaciones severas.
En casos más avanzados, se produce lo que se conoce como "retinopatía proliferante", la enfermedad más grave relacionada con la diabetes que afecta a un 20% de los diabéticos y puede comportar una pérdida severa de visión. Se llama proliferante porque se produce por la proliferación de vasos sanguíneos nuevos. Éstos originan hemorragias en el espacio vítreo, un tejido gelatinoso y transparente, que rellena el globo ocular.
Al sangrar los vasos de la retina, el vítreo se vuelve opaco y causa disminución de la visión, que en general se produce de forma brusca. Los tratamientos actuales –fotocoagulación con láser, inyecciones intravítreas o vitrectomía- logran detener la evolución de la enfermedad, y en ocasiones recuperar la visión perdida. Otras complicaciones visuales asociadas a la diabetes son el edema macular, el desprendimiento de retina, el glaucoma o las cataratas.
