La comunidad científica internacional ultima un informe que acoge una nueva categoría de ojo seco

El ojo seco neuropático solo puede diagnosticarse a partir de la sintomatología del paciente y representa un reto para los especialistas a la hora de encontrar un tratamiento eficaz

Vídeo resumen trasplantes córnea - ESASO

Además de abordar las últimas tendencias en trasplantes de córnea, el encuentro internacional ESASO Anterior Segment Academy, que acogió IMO el 21 y 22 de abril, se centró también en una patología muy común de la superficie ocular: el  ojo seco, un síndrome que actualmente afecta a cerca de un 20% de la población y que va en aumento. La principal novedad en este campo vino de la mano del Dr. José M. Benítez del Castillo, quien adelantó algunas líneas del informe internacional DEWS II (Dry Eye WorkShop), en el que se recogen los avances más importantes respecto a la comprensión y al manejo de la sequedad ocular en la actualidad, tras la publicación del primer informe hace una década.

A las puertas de la presentación del nuevo documento, previsto para mayo de 2017, el ponente anticipó a los cerca de 300 asistentes a la reunión que el informe incluirá, por primera vez, la definición de ojo seco neuropático, un tipo de ojo seco que actualmente no puede diagnosticarse en una exploración oftalmológica, pero que, según refieren algunos pacientes, provoca una sintomatología aguda, como visión borrosa, escozor o dolor ocular. Según el Dr. Daniel Elies, miembro del Departamento de Córnea, Catarata y Cirugía Refractiva de IMO y del comité organizador del encuentro, “esta nueva definición abrirá la puerta a avanzar en el diagnóstico y tratamiento de alrededor de un 15% de pacientes que refieren síntomas de ojo seco y que no podemos confirmar con los medios a nuestro alcance”, pese a que estos han experimentado una gran evolución en los últimos años.

Avance del esperado informe DEWS II, en el que han participado expertos de todo el mundo para actualizar y recoger las novedades en la definición, clasificación, diagnóstico y manejo del ojo seco.

Pacientes infradiagnosticados

En opinión de la Dra. Mercè Morral, especialista en ojo seco del Instituto, “el desarrollo de una gran variedad de tecnologías diagnósticas permite personalizar y aumentar la eficacia del tratamiento”. La oftalmóloga destaca los test en consulta para identificar las alteraciones en la composición de la lágrima o la concentración de marcadores inflamatorios, técnicas microscópicas de imagen para estudiar la superficie ocular y nuevos equipos como el HD Analyzer OQAS para comprobar de forma objetiva la alteración del BUT (tiempo de ruptura lagrimal) –ligado al ojo seco– y determinar su impacto en la calidad de vida. Pese a ello, todavía existe un grupo de pacientes infradiagnosticados, en los que los resultados de las pruebas no confirman las molestias que refieren. Ante esto, la Dra. Morral cree que el reconocimiento por parte de la comunidad científica de que hay personas que padecen ojo seco aunque se carezca de evidencias técnicas, abre nuevas vías para investigar futuros tratamientos, algo que el Dr. Elies ve comparable a lo que pasó hace algunos años con la fibromialgia.

Otro de los asuntos destacados en el simposio fue la relación entre el ojo seco y ciertas cirugías oftalmológicas, especialmente la cirugía refractiva, la de catarata y la de glaucoma. En este sentido, diversas ponencias pusieron de manifiesto que el ojo seco suele tener una alta incidencia en pacientes candidatos a estas intervenciones, además de ser, en sí mismas, una causa de aparición o agravamiento temporal de los síntomas del síndrome, ya que la cirugía aumenta el gasto de lágrima del ojo (problema que generalmente remite con la plena cicatrización, a los 3-6 meses de la operación). Por ello, los especialistas emfatizaron la importancia de hacer un tratamiento compensatorio tras la intervención y, sobre todo, un exhaustivo preoperatorio para preparar adecuadamente la superficie ocular, hasta el punto de rechazar o aplazar la cirugía hasta que remitan los síntomas, mediante tratamiento. Según la severidad del síndrome, el tratamiento puede ir desde lágrimas sin conservantes o geles lubricantes hasta la aplicación de suero autólogo y plasma rico en plaquetas (colirio PRGF®) –ofrecido de forma pionera en IMO desde 2016que se elabora a partir de la sangre del propio paciente y que, al ser biocompatible, reduce el riesgo de inflamación, dolor ocular o alergia.

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