Identificación de 3 nuevas mutaciones genéticas causantes de pérdida de visión

Estas nuevas mutaciones se han identificado en el gen DRAM2, asociado a una forma de distrofia de conos y bastones que debuta a partir de los 30 años con pérdida de visión central que evoluciona hacia la periferia.

hallazgo nuevas mutaciones en el laboratorio de IMO

Uno de los proyectos de investigación que tiene en marcha Fundación IMO está dando frutos importantes, al permitir descubrir 3 nuevas mutaciones desencadenantes de distrofia de conos y bastones, una de las patologías hereditarias de la retina más severas, que afecta tanto la visión central como periférica.

Estas nuevas variantes se han identificado en uno de los genes más recientemente asociados a la distrofia de conos y bastones, DRAM2, del que únicamente se habían reportado hasta ahora 10 mutaciones. Con ello, “hemos corroborado la relevancia de este gen, entre los más de 55 genes cuyas alteraciones pueden causar distrofia de conos y bastones”, destaca el Dr. Víctor Abad, investigador principal del estudio, que ha sido publicado en la revista Experimental Eye Research.

Para lograr estos resultados, en el laboratorio de biología molecular de IMO se han realizado análisis de un centenar de pacientes, mediante metodologías de secuenciación masiva que amplían el espectro de genes que se pueden estudiar simultáneamente y aumentan la tasa de éxito en el diagnóstico genético.

Nuevas mutaciones: del laboratorio a la clínica

Pero el proyecto de Fundación IMO que ha permitido el hallazgo no se limita solo a apuntar nuevas mutaciones: “Por primera vez, hemos establecido correlaciones genotipo-fenotipo para DRAM2, vinculando la información que hay contenida en el gen mutado del paciente con la expresión clínica de la enfermedad”, explica la Dra. Esther Pomares, coordinadora del Departamento de Genética del Instituto.

Oftalmólogos de IMO también han participado en el estudio y, gracias al seguimiento médico de los pacientes involucrados que han realizado durante años, se han podido describir características comunes en las personas con estas variantes del gen DRAM2. Según los investigadores, “mientras que muchas distrofias hereditarias de la retina empiezan a manifestarse en la adolescencia, en estos casos la distrofia de conos y bastones aparece de forma tardía (a partir de los 30 años). Además, hemos descubierto que inicialmente solo se pierde visión central –lo que podría confundirse con otras distrofias que afectan a los conos, como la enfermedad de Stargardt–, aunque, a medida que avanza la patología y el daño llega a los bastones, también se reduce la visión periférica”.

Asimismo, se han detallado algunas diferencias entre las 3 familias con estas nuevas mutaciones. Una de las variantes parece implicar la producción de una proteína tóxica para las células fotorreceptoras (los conos y los bastones), que conduciría a una forma más agresiva de la distrofia, mientras que las otras dos se caracterizan por la falta de producción de esta proteína (infraexpresión del gen) y, por ello, la enfermedad evolucionaría más lentamente.

doctoras y paciente de la investigación sobre nuevas mutaciones

El trabajo conjunto de oftalmólogos y genetistas, así como la colaboración de las familias de pacientes, es fundamental para el desarrollo de los proyectos de investigación de Fundación IMO.

Avances para las distrofias de la retina

La pérdida de visión provocada por las distrofias hereditarias de la retina es un reto para la comunidad oftalmológica y científica, ya que todavía no se puede detener ni revertir. Sin embargo, un mayor conocimiento de las bases moleculares de estas enfermedades oculares “raras” puede dar la clave de tratamientos que ya están cerca, como las terapias génicas. Poder aplicarlas requiere determinar cuál es la causa genética de la patología en cada familia afectada y cómo esta alteración impide el correcto funcionamiento de las células fotorreceptoras del ojo, principales perjudicadas.

Por ello, Fundación IMO lleva cerca de 10 años impulsando la investigación genética de enfermedades oculares y, actualmente, desarrolla 3 proyectos en este campo. Uno de ellos es la “Identificación de nuevos genes de distrofias de retina y la caracterización de las correlaciones genotipo-fenotipo”, que ha resultado en este hallazgo para la distrofia de conos y bastones y que el verano pasado ya dio lugar a otro importante avance, al localizar una mutación causante de distrofia macular en un gen, el RP1, que solo se había asociado antes a la retinosis pigmentaria.